Perdonar,
es sobre todo, desterrar el odio de tu corazón. El motivo más obvio para perdonar
es liberarnos del sentimiento debilitador de la rabia y el rencor crónicos.
Estas dos emociones son las que convierten el perdón en un desafío, a la vez
que en una grata posibilidad para quien desee mayor paz.
La
rabia y el rencor, como todos sabemos,
son emociones muy fuertes que desgastan nuestra energía de muchas
maneras. Cuando hayamos quitado las capas, probablemente descubriremos que esa
rabia en realidad es un sentimiento superficial. No nos referimos a que sea
algo trivial o falso, sino en el sentido de que hay muchos otros sentimientos y
dinámicas por debajo de él.
Cuando
nos perdemos en la rabia nos volvemos sordos a nuestros sentimientos más
profundos. Hemos aprendido a escuchar sólo aquellos que saben gritar más
fuerte.
¿COMO
DESTERRAR LA RABIA Y EL RENCOR?
Vamos
con un ejemplo práctico:
El
dueño de una empresa gritó al administrador, porque estaba enojado en ese
momento. El administrador llegó a su casa y gritó a su esposa, acusándola de
gastar demasiado, al verla con un vestido nuevo. La esposa gritó a la empleado
doméstica porque rompió un plato. La empleada dio un puntapié al perro porque
la hizo tropezar. El perro salió corriendo y mordió a una señora que pasaba por
la vereda, porque obstaculizaba su salida por la puerta. Esa señora fue al
hospital a vacunarse contra la rabia y gritó al joven médico porque le dolió
cuando le aplicó la vacuna. El joven médico llegó a su casa y gritó a su madre,
porque la comida no era de su agrado. La madre le acarició los cabellos
diciéndole:
- Hijo, mañana haré tu comida
favorita...trabajas mucho. Estás cansado y necesitas de una buena noche de
sueño. Voy a cambiar las sábanas de tu cama por otras bien limpias y perfumadas
para que descanses con tranquilidad. Mañana te sentirás mejor. Luego lo bendijo
y abandonó la habitación, dejándolo sólo con sus pensamientos…
En
ese momento, esa madre con su actitud interrumpió el círculo del enojo, porque
chocó con la Tolerancia, con el Respeto, con el Perdón y con el Amor
Hagamos
una pausa de unos pocos minutos y pensemos en alguna ocasión en que te hayas
enfadado. ¿Cómo te sentías? O, si en estos momentos la cólera te invade, toma
conciencia de cómo te sientes… Ahora, respira hondo y adéntrate en tus
sentimientos. ¿Qué ves bajo tu rabia? ¿Ves miedo? ¿Tristeza? ¿Inseguridad?
¿Desamparo? ¿Impotencia? ¿Sientes que te han herido o abandonado? ¿Tienes una
sensación de desilusión ante expectativas no satisfechas o sueños no
realizados? Mira aún más profundamente. Bajo ese miedo, esa frustración y/o
tristeza, ¿hay un ruego a alguien de que te preste atención, de que te escuche?
¿Hay una petición, consciente o inconsciente, de respeto, reconocimiento,
interés o amor?
Debemos
aprender a escucha y observa nuestros sentimientos y emociones. Cualquier
manifestación de rabia como: insensibilidad, irritabilidad, agresividad,
comportamiento estúpido, etc., identifícalos como un grito que pide
reconocimiento, respeto, ayuda y amor.
CONSEJOS
PARA SANAR EL RESENTIMIENTO Y LA RABIA HACIA LOS DEMÁS:
Guardarse
de la continua sospecha
Limpiar
el corazón para ver bien
No
querer ver segundas intenciones en todo lo que hacen o dicen los demás
No
hurgar en heridas antiguas, resucitando viejos recuerdos
Ser
leal y hacer una crítica sana
Buscar
siempre el diálogo y el entendimiento con la persona
Cuando
alguien nos hace algún mal, inmediatamente lo etiquetamos como una persona que
acostumbra hacer ese tipo de cosas. Lo archivamos en nuestra mente con esa
etiqueta y cerramos el cajón. Convertimos al otro en nuestro prisionero. No le
concedemos la posibilidad de cambiar. Pero las personas cambian. Se
arrepienten, Se transforman. Pueden un día ser distintas y lograrlo. Perdonar a
alguien es otorgar la confianza que el otro necesita para superarse, para
empezar a ser la otra persona que querría ser. Tu perdón permite que las buenas
intenciones de los demás fructifiquen.
El
perdón no se da en un abrir y cerrar de ojos, sobre todo si uno ha permanecido
atorado en el rencor demasiado tiempo. Perdonar es un camino, un proceso que
nos pide cambiar constantemente. Como proceso hay distintas etapas que se
recorren. Cuando ha habido una herida muy honda, por ejemplo, un abuso sexual o
un divorcio, las personas suelen atravesar fases como la de la negación, el
dolor, la rabia, la aceptación el perdón y el aprendizaje. Es importante no
saltar etapas sino recorrer una por una a su tiempo.
Recuerda
que perdonar es un arte del espíritu que
conlleva sobre todo desterrar en nosotros el rencor y la rabia… Lo que importa
no es lo que nos pasa sino lo que sentimos respecto a lo que nos pasa…
Si
has leído esta entrada que hoy hemos publicado, si te atreves a mirar adentro
de ti con amor, a observar tus emociones y sentimientos más profundos con
valentía y reflexión, entonces… ¡Felicítate!… tienes motivos para estar
orgulloso/a de ti… Estás abriendo tu corazón, estás dando el primer paso para
tu liberación y creciendo en humanidad….
Para
terminar te invitamos a realizar este tratamiento de perdón y liberación:
FUENTE:
Luz Plena