miércoles, 28 de enero de 2009

Ley del dar.

Ley del dar.

El universo opera por medio de un intercambio dinámico. Dar y recibir son aspectos diferentes del flujo de energía en el universo y si estamos dispuestos a dar aquello que buscamos, mantendremos la abundancia del universo circulando en nuestra vida.

Nada es estático. Nuestro cuerpo está en intercambio dinámico y constante con el cuerpo del universo; nuestra mente mantiene una interacción dinámica con la mente del cosmos; nuestra energía es una expresión de la energía del cosmos.

El flujo de la vida no es otra cosa que la interacción armonioso de todos los elementos y las fuerzas que estructuran el campo de la existencia.

Esta armoniosa interacción de los elementos y las fuerzas de la vida opera a través de la ley del dar. Puesto que nuestro cuerpo, nuestra mente y el universo mantienen un constante y dinámico intercambio, frenar la circulación de la energía es como frenar el flujo sanguíneo.

Por ello debemos dar y recibir a fin de mantener la riqueza, la abundancia, la prosperidad o cualquier cosa que deseamos en la vida circulando permanentemente.

En toda semilla está la promesa de miles de bosques. Pero la semilla no debe ser acaparada; ella debe dar su inteligencia al suelo fértil. A través de su acción de dar, su energía invisible fluye para convertirse en una manifestación material.

Cuanto más demos más recibiremos, porque mantendremos la abundancia del universo circulando en nuestra vida. En realidad, todo lo que tiene valor en la vida se multiplica únicamente cuando es dado. Lo que no se multiplica a través del dar, ni vale la pena darse, ni vale la pena recibirse.

Si al dar sentimos que hemos perdido algo, el regalo no ha sido dado en realidad, y entonces no generará abundancia. Cuando damos a regañadientes, no hay energía detrás de nuestro acto de dar.

Al dar y al recibir, lo más importante es la intención. La intención debe ser siempre crear felicidad para quien da y para quien recibe, porque la felicidad sostiene y sustenta la vida y, por tanto, genera abundancia. La retribución es directamente proporcional a lo que se da, cuando el acto es incondicional y sale del corazón.

Por eso el acto de dar debe ser alegre, la actitud mental debe ser tal que se sienta alegría en el acto mismo de dar. De esa manera, la energía que hay en el acto de dar aumenta muchas veces más.

Si deseamos alegría, démosle alegría a los otros; si deseamos amor, aprendamos a dar amor; si deseamos atención y aprecio, aprendamos a prestar atención y a apreciar a los demás; si deseamos riqueza material, ayudemos a otros a conseguir esa riqueza. En realidad la manera más fácil de obtener lo que deseamos es ayudar a los demás a conseguir lo que ellos desean.

Si deseamos recibir el beneficio de todas las cosas buenas de la vida, aprendamos a desearle en silencio a todo el mundo todas las cosas buenas de la vida. Incluso la sola idea de dar, el simple deseo, o una sencilla oración, tienen el poder de afectar a los demás.

Esto se debe a que nuestro cuerpo, reducido a su estado esencial, es un haz individual de energía e información en medio de un universo de energía e información.

Somos haces individuales de conciencia en medio de un universo consciente. La palabra «conciencia» implica mucho más que energía e información, implica una energía y una información que viven en forma de pensamiento.

Por tanto, somos haces de pensamiento en medio de un universo pensante. Y el pensamiento tiene el poder de transformar.

La vida es la danza eterna de la conciencia, que se manifiesta como un intercambio dinámico de impulsos de inteligencia entre el microcosmos y el macrocosmos, entre el cuerpo humano y el cuerpo universal, entre la mente humana y la mente cósmica.

Cuando aprendemos a dar aquello que buscamos, activamos esa danza y su coreografía con un movimiento exquisito, enérgico y vital, que constituye el palpitar eterno de la vida.

La mejor manera de hacerlo es tomando la decisión de que cada vez que entremos en contacto con una persona, le daremos algo. No es necesario que sean cosas materiales; podría ser una flor, un cumplido o una oración. En realidad, las formas más poderosas de dar no son materiales.

Obsequios como interesarse, prestar atención, dar afecto, aprecio y amor, son algunos de los más preciados que se pueden dar, y no cuestan nada. Cuando nos encontremos con alguien, enviémosle en silencio un buen deseo por su felicidad, alegría y bienestar. Esta forma de generosidad silenciosa es muy poderosa.

Tomemos la decisión de dar en todo lugar a donde vayamos, y a quien quiera que veamos. Mientras estemos dando, estaremos recibiendo. Cuanto más demos, más confianza tendremos en los efectos milagrosos de esta ley. Y a medida que recibamos más, también aumentará nuestra capacidad de dar.

Nuestra verdadera naturaleza es de prosperidad y abundancia; somos naturalmente prósperos porque la naturaleza provee a todas la necesidades y deseos. No nos falta nada porque nuestra naturaleza esencial es la potencialidad pura, las posibilidades infinitas.

Por consiguiente, debemos saber que ya somos intrínsecamente ricos, independientemente de cuánto dinero tengamos, porque la fuente de toda riqueza es el campo de la potencialidad pura, es la conciencia que sabe cómo satisfacer cada necesidad, incluyendo la alegría, el amor, la risa, la paz, la armonía y el conocimiento.

Si vamos en pos de estas cosas primero, no solamente para nosotros mismos, sino para los demás, todo lo demás nos llegará espontáneamente.

Deepak Chopra

martes, 27 de enero de 2009

La revista de FSTM


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Año delñ Buey

(26-1-09) Feliz Año del Buey 牛年快乐

Para mí ayer fue uno de los días en que más he alucinado en Beijing últimamente. Desde primeras horas de la tarde hasta pasada la medianoche toneladas de fuegos artificiales se veían y oían por toda la ciudad para dar la bienvenida oficialmente al año del “buey” (o “vaca” niu), me río de la “mascletà” valenciana, anoche el centro de Beijing se asemejaba bastante a Gaza, eso sí, sin esos animales que conforman el ejército de Israel.

Según la leyenda, los doce animales del zodiaco chino fueron elegidos por Buda. Cuando estaba cercano a la muerte invitó a todos los animales a visitarlo, sólo llegaron doce: la rata (shu) , el buey (niu) , el tigre (hu) , el conejo (tu) , el dragón (long) , la serpiente (she) , el caballo (ma) , la cabra (yang) , el mono (hou) , el gallo (ji) , el perro (gou) y el cerdo (zhu) . Como muestra de agradecimiento por haberlo visitado, los honró usándolos para representar las doce fases del zodiaco (生肖 sheng xiao).

El ciclo comienza con el “año de la rata” por lo que estamos en el segundo año del ciclo y aunque creo poco en esto de la superchería y premonición los mejores signos son el dragón y el cerdo, aunque pueda haber gente que no esté de acuerdo conmigo. El dragón simboliza el poder y es el animal del emperador, el año 2000 fue dragón y los chinos entraron en el segundo milenio con más fuerza que nunca. El cerdo simboliza la riqueza y todo el mundo sabe que los chinos son muy pragmáticos y que adoran ser multimillonarios, bueno como casi todo hijo de vecino en cualquier país. La combinación de los 12 animales con los 5 elementos de la naturaleza: agua (shui) , fuego (huo) , tierra (tu) , madera (mu) y metal (jin) , conforman unos ciclos de 60 años en los que se medía la historia clásica china.

Los chinos llaman a esta fiesta la Fiesta de la Primavera (春节chun jie) y como está regida por el calendario lunar no tiene una fecha fija cada año, pero suele caer a finales de enero o principios de febrero. Este año es hoy el 26 de enero, pero el pasado fue el 7 de febrero. Los estudiantes tienen casi un mes de vacaciones. Entre 1998 y 2001 que fui estudiante aquí puede conocer varios viajes de Asia gracias a estas amplias vacaciones. Durante estas fechas miles de ciudadanos chinos se desplazan para volver a casa de la familia, cocinan juntos, beben, juegan al mahjong y queman petardos y cohetes que echarán a los malos y viejos espíritus y traerán a los buenos.

En los días previos a la llegada de año nuevo hay que hacer “limpieza” del año que acaba para sacar los malos espíritus y dejar entrar a los buenos. Hay que abrir las puertas de la casa de par en par y barrer pero nunca arrastrar la basura fuera del portal, porque saldría también la buena suerte. Se barre dentro de la casa, se recoge y se echa fuera, nunca se barre de puerta para afuera. Los ideogramas de la buena suerte (fu) se colgarán al revés para que ésta venga del cielo. Hay que pagar todas las deudas antes de que acabe el año, ya que tradicionalmente los chinos hasta ahora han sido muy reacios a pedir préstamos a los bancos. Se piden dinero y ayudan entre ellos.

Se debe evitar algunos ideogramas como “cuatro” (si), homófono de (si) que significa “muerte”. Otros en cambio como “ocho” (ba) indican buena suerte. Los chinos como son increíblemente supersticiosos siguen al pie de la letra estas normas y otras como no llorar en estas fechas, no visitar a los enfermos en sus habitaciones (estos se han de levantar y salir), ver pájaros rojos, evitar las tijeras y cuchillos porque cortarán la buena suerte.

Se cocinan ingentes cantidades de comida. Una mesa abundante es señal de prosperidad y de fortuna para el año entrante. Especialmente preparan lo que conocemos en España como los “raviolis” chinos (饺子 jiaozi), rellenos de carne picada macerada en soja y jengibre, al comerlo se mojan en vinagre chino. Los “jiaozi” tienen una simbología especial porque la familia se reúne para prepararlos y mientras se rellenan uno a uno hay que hacerlo de forma delicada en un orden preciso que simboliza la unión o “reunión” de los miembros de la familia. Se pone un cuenco vacío para los ausentes, ya estén muertos o lejos, digamos que es la versión local de turrones El Almendro “vuelve a casa por Navidad”. A los niños se les regala dinero que irá dentro de un sobre rojo (红包 hong bao).

No sé que nos deparará este “buey” pero sea como sea que podamos capearlo lo mejor posible. Feliz Año Nuevo Chino a todas y a todos.

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